Así es, después de mucho tiempo y un par de fechas volvimos a darle vida a esta web.
Atrás quedó una bonita fecha con Ginkgobiloba en Marzo (sí, marzo, re colgado), Nuestra primer visita a Rosario en el bar The Wall, un show espectacular en Rafaela con nuestroa amigos Utopians, y ahora para redimirse, Olg
a se juega a dos fechas, que podemos enmarcarlas dentro de una "MInigira" por así decirlo.
Acá la data.
VIERNES 7 DE OCTUBRE
GINKGOBILOBA (BS AS), OLGA ZUBARRY Y REOBSCE (PARANÁ)
El pasado Viernes 30 de octubre en la sala Venice del Club Atlético de Rafaela, Alejandro Del Bono, que no es sino uno de los compositores mas prolíferos de la ciudad, ex Estilo Valentino, nos presentó su primer material discográfico solista titulado “Insomnio”, un disco de 10 canciones realizadas enteramente por el, con colaboraciones de algunos músicos conocidos de la zona.
La noche arrancaba calurosa, bajo un cielo que hacía rogar una lluvia que calme el incesante calor. La sala se veía repleta de mesitas donde un público en su mayoría adulto, esperaba pacientemente el arranque del show, bebiendo y disfrutando de las comodidades del lugar. Al frente de todos, los instrumentos transpirando ansiedad, brillaban con las luces y nos hacían desear de a poco que arranque el show.
Cerca de la medianoche “Ale” como todos lo conocen, subió al escenario, acompañado de Emilio Bronzini (guitarrista de la cantautora Jessica Zelazny), y arrancaron con el tema acústico que da inicio al disco llamado “Retro Futura”, un tema de escasa duración que hizo de introducción al concierto. Enseguida, en el último acorde, arrancaron los loops de lo que sería la segunda canción del disco, “Maldita flor”, y junto con esto, los aparecieron los 3 músicos restantes y así quedó formado una suerte de “dream Team”: Coto kestler (Estilo Valentino, Addenda, Poker) a cargo de la batería, Guillermo “el profe” Scalenghe (El Arrastre) en las teclas y “Ferna” Abratte (Ex-Color Chino) en el bajo, Bronzini quedó en las cuerdas y coros, y Ale a cargo de la guitarra acústica, y voces. Conformando un sonido muy claro y preciso, al que el público recibió con aprobación.
“Vamos entrando en calor” dice Alejandro entre intervalos, arrancando con el tema “Tan loco”, una suerte de jazz/rockabilly muy movedizo que dieron lugar a las primeras palmas del público acompañando la música, donde ya se podía ver que la guitarra de Bronzini, con un sonido muy claro al mejor estilo “David Gilmour”, y las teclas iban adquiriendo su presencia.
El recital fue anunciado como una noche que prometía invitados de honor, y no falló, el primero fue “Riki” Gigena (addenda) otro profe conocido por su relación con las cuerdas, esta vez sorprendiéndonos con un acordeón colgado ( lo que pocos saben es que este fue su primer instrumento),los músicos le dieron la bienvenida con la música del “Feliz cumpleaños” ya que esa noche estaba en el festejo de sus 30 y tantos. Los temas fueron “Llueve”, una especie de macumba reggae para una noche que hasta ese momento no prometía nubes, seguido de “En la madrugada” cuya letra fue escrita por Gustavo “teta” Grana, quién se encontraba entre la audiencia.
Riki Gigena en "Llueve en Buenos Aires"
Continuaron con “Cruces”, “Efecto” y “Es la noche” dónde se notó a Ale muy cómodo y agradecido diciendo justamente, que esa era la noche ideal. Al parecer Insomnio ya había sido interpretado casi en su totalidad, ese fue el momento que el público en su mayoría sabía que iba a llegar, el momento en el que Ale llamara a Germán Morales (Estilo Valentino), quien estaba entre el público, a interpretar una fase de “Autocovers” como el los llamó. Ale lo saludó diciendo que extrañaba tocar con el, y no fue el único que lo sintió, la gente ya sabía que Estilo Valentino estaba en el escenario casi en su totalidad, solo faltaba Diego Avendaño en las teclas. Los primeros acordes fueron los de “Lo sensacional” una canción hit, que fue cantada por todos y muy aplaudida, que dejó ver las habilidades tanto de “Coto” kestler como de el “Chiquito” Morales, dejándole lugar a “Sin respirar”, donde se notó que “el profe” Scalenghe estaba reemplazando muy bien las funciones de su colega Avendaño. “Muchas gracias, esto es estilo Valentino” cerró desde el micrófono Alejandro. Las palmas se sucedían.
Lo Sensacional de Estilo Valentino
La última de la noche sería Retro Futura (futura), el tema que cierra el disco, un “reprise” del que lo abre, el cual en el final fue enganchado con “Give peace a chance” de John Lennon, y también se dejaron oír las frases del mítico grupo Orion’s “toda la noche hasta que salga el sol…”, y que dejaría condecorando una noche ireemplazable para el cantautor Rafaelino, ante un público que respondió y con la satisfacción de que lo que sonó fue enteramente perfecto.
Rethro Futura - Ale Delbono
Ale no pudo dejar rápidamente el escenario sin que se oyera pedir otra, cual pedido fue respondido inmediatamente con la primera canción de los bises, “Peatonal”, un tema que según sus palabras, habría quedado fuera de su reciente disco, esta fue seguida por “Afuera hay un lugar” de Estilo valentino que dejó, en un momento muy agradable, a una parte del público cantando a capella, entonados, sonrientes. Estos temas, interpretados solamente con guitarra y voz, dieron paso a un nuevo intento de fuga, de despedida, que fue otra vez reprochado con el pedido del público que parecía querer que literalmente siguiera hasta el amanecer. Nuevamente con toda la banda, volvieron a interpretar “Es La noche”, consolidando la idea de que no podría haber sido mejor y “Madrugada” otra vez con “Riki” en escena.
La conclusión que todos pudieron sacar es que Alejandro consolidó un disco muy entero, muy vivo, con una complejidad compositiva muy valorable, arreglos precisos y no abultados, capáz de interpretarlo con o sin banda, manteniendo la escencia de la canción pop, aunque también incursionando por otros estilos, prometiéndonos y dejándonos en claro que siempre hay una Futura canción en su mente.
Heme aquí , en lo inconmensurable, entre dos paredes tan simétricamente decoradas, dórico, jónico, corintio, humánico. Donde le doy la espalda al gatoballena que observa su palacio desde la lejanía, oliendo su caos de vida pegoteada, y demolición, y de tiroteo.
Heme aquí arrinconado, y apresado entre los monolíticos melates que se elevan en el mundo del reptil, entre las dinastías de la procreación y de la tinta, y de los esquivos que evitan esas líneas bamboleantes que dibujan las miradas, teledireccionadas.
Y hete allí amiga, sola e inmutable, asustada de los espectros y sus ondas, y danzas de aquelarre, entre la flora geométrica y los eslabones a la cima.
Henos sumidos, tu allí, entre la maleza, y yo aquí entre los laberintos de polvo, viendo desde la lejanía a la H' como sujeto, y a la autoridad en su trono, rodeado de bufones y delirios.
Es cierto que no voy a buscarte, quiero ver el caos, ver el cielo de escombro, plagado de esos papiros aerodinámicos, caer. Y que nos encuentre la víspera y nos eleve la raíz.
Recuperar tu café gris, la sonrisa de las hojas. El génesis del miedo me crucifica, destiñe los arboles. Alguien es (soy) esquina: hay faroles transeúntes, y de pronto, la sombra de los quioscos y pupilas, me cegan, de repente, con su noche. Me pienso, y me siento, y fermento con el tiempo. Olor a neuronas, deshilachadas, desdichadas, con lágrimas de panteón, con memorias enfermas, que escupen adioses, y líneas rectas. Tu mano, que a millones de entrañas de distancia, estruja mis bazos, y me deja sin el brindis, consumado, y sin sabor, todavía me seduce.
Las venas de nuestros ojos, o la tinta de la pluma, son lo mismo.
Todos vemos, captamos cada instante y queda guardado por un tiempo en la memoria, una memoria que envejece, que se pierde y se le escapa de apoco, todo. Las Hojas se gastan, amarillentan, toman olor, pero no olvidan, como siempre, habrá gente de ambos lados, que nos quieran hacer olvidar, las palabras en micrófonos, se oyen más fuerte, y quemar papel resulta tan fácil, tan rápido.
Nuestra mente, profetiza, nos fortalece, como alguien que aprende a leer de pequeño, como un chip en nuestro cerebro. Y los libros que descansan, entre guerras, entre sangre, esperando cantar, y gritar, y decirnos suavemente, un estallido, que es lo que es, por lo que fue, y será, lamentablemente.
Escribir, como en esta hoja de tinta negra, “Todo lo que se hunda ahora, este tiempo que se disuelve, serán páginas amarillentas olvidables”, ¿Cómo hacer para automatizar el instante?, como exprimir cada milenio, se estruja, y salen cataratas de tinta, nada mas que tinta, y voces que se pierden. ¿Por qué escribir?... si yo puedo gritar, cantar, escuchar, guardar, soñar, pensar y dormir, y olvidarme al día siguiente de lo que comí la noche anterior, de tu nombre, y del mío. ¿Qué pasó ayer?...mmm, no me acuerdo, quizás hizo ebullición la mas química de las guerras, o murió.
La V es como la A, pero al revés, La O es un circulito, a ver… escribí MA-MA.
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